"No podemos decir que somos los "supremos controladores" una vez un hombre me estaba diciendo: “Yo soy mi propia autoridad”. Entonces le dije: “Bueno si usted es su propia autoridad entonces dígale a la muerte que no lo moleste, que usted no quiere morir, a la muela que no le vaya a dar dolor, o a la nariz que no tenga mocos, y a los huecos de su cuerpo que no emanen cosas fétidas, horribles y sucias. Trate de controlar su cuerpo para que no envejezca... !entonces...! ¿ nosotros qué controlamos?"
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